Aranto o Espinazo del diablo
· Transformación y renovación ·

Hace un par de semanas encontré dos plantas de Aranto en la acera. Eran pequeñas, parecía que las habían arrancado de raíz de alguna maceta y las habían tirado a la calle. Estaban moradas y no eran nada bonitas: me inspiraron lástima y ternura. También me dolió la injusticia de saberlas desechadas de aquella manera, siendo poco más que brotes. Así que me las traje a casa, las planté en una de las jardineras en las que había plantado flores, y solo crecieron cactus, y, a los pocos días, empezaron a prosperar: las plantas se irguieron, sus hojas se tornaron verdes y hasta empezaron a reproducirse.
Cuando hace poco busqué información sobre esta planta encontré dos corrientes: la de los odiadores, que la arrancaban como una mala hierba por su capacidad increíble para reproducirse; y la de los amantes, que alababan su importancia como elemento de fuego en el Feng Shui, sus virtudes curativas y su significado espiritual: transformación y renovación. Yo, de momento, prefiero estar en el segundo grupo.
Me identifico con estos pequeños brotes, que pudieron transformarse y evolucionar gracias a que cambiaron el antiguo tiesto en el que no los querían, por el que ocupan ahora en mi balcón, porque yo misma estoy a punto de hacer un camino muy parecido, y quiero creer que su llegada es una señal de que me va a ir tan bien como a ellos.
Inspiración
El ilustrador
En un tiempo en que la IA (de)generativa está matando al arte y a los artistas, los que tienen el ingenio, el oficio y el talento para crear de manera autónoma obras de calidad, son más importantes que nunca. Matteo Berton es uno de esos ilustradores que crea ARTE en su trabajo (sensaciones, evocaciones, narrativa) y una inspiración en muchos sentidos.
Que el arte siga siendo una expresión humana, individual y poderosa para movernos por dentro, reivindicar y denunciar es un trabajo de todos: profesionales, consumidores, empresarios… Porque el arte siempre se ha transformado y renovado técnicamente, pero nunca, como ahora, se ha intentado borrar al artista del proceso con tanto ahínco. ¿Por qué será?
El grupo
Esta banda costarricense ha sido uno de mis últimos descubrimientos spotifayeros. Su música es pegadiza, rítmica, puro rock independiente. Su propuesta me recuerda a un montón de grupos y canciones que ya he escuchado antes (sobre todo en mi adolescencia), y quizá sea por esa nostalgia, y porque reconozco que este sonido, crudo, de voces melódicas amplificadas, me gusta más que el chocolate, los tengo últimamente en bucle. Te dejo aquí un enlace directo para que les eches un oído.
La serie
Recuerdo la primera vez que vi un comic de Sandman, fue en la escuela de arte, yo tenía 18 años y quedé impresionada por los personajes y la crudeza de las historias. Por eso, tanto R. como yo, nos lanzamos de cabeza a ver la serie en cuanto la estrenaron en Netflix. Y hemos devorado esta segunda y última temporada. Porque no nos ha defraudado en absoluto (a pesar de las licencias), es más, nos ha tenido enganchados y maravillados de principio a fin. Sandman es una mezcla oscura de fantasía, mitos y realidad con una fotografía y efectos especiales colosales, que te recomiendo. Y un plus es, sin duda, la transformación y la renovación del propio Morfeo durante la serie, que te deja con la esperanza de que es posible cambiar incluso cuando eres una esencia eterna y, por definición, inmutable. Lo dicho, una serie maravillosa que nos deja a muchos deseando más temporadas (que ya sabemos que no llegarán :-( ).
El ¿biopic?
No, esto no es solo un biopic sobre Tamara/Yurena, es una biografía ficcionada llena de fantasía, ternura, crueldad y una denuncia que se palpa desde el principio: los juguetes rotos son responsabilidad de todos.
Este grupo de artistas inadaptados, de los que todos nos reímos y a los que les seguimos el rollo en los 2000, eran personas con sueños y metas, frágiles, dispuestos a caer en lo más bajo y crueles, pero inocentes a un tiempo.
Capaces de vender más discos que Alejandro Sanz.
Y en esta serie, que es una fantasía loca, Nacho Vigalondo (Los cronocrímenes, Camino) nos da la oportunidad de reflexionar, nos muestra un recorrido por la condición humana en toda su transformación y renovación: desde el patetismo a la divinidad; y les brinda a ellos, a los que convertimos en bufones a su pesar, un poco de justicia poética, que nunca está de más. Y todo esto con un elenco que está de diez y una maestría narrativa que maravilla y que no puedes perderte, sobre todo, si te dedicas a contar historias.
Transpiración
Este mes me he puesto al día con los relatos de mi Ko-Fi y, como se cumplía un año de la suscripción (Ramito de Violetas), he cerrado el número de cuentos que irán en el recopilatorio que enviaré a mis mecenas. Ahora viene el trabajo de corrección, maquetación y de escribir algunos textos extras y curiosidades sobre los relatos. No adelanto fechas, porque no sé cuándo estará listo, lo que sí adelanto es que, después de enviar sus copias a los mecenas, estará disponible para compra.
El mantra del mes es de Ana María Matute, que sabía muy bien cómo transformar la realidad:
El mundo hay que fabricárselo uno mismo, hay que crear peldaños que te suban, que te saquen del pozo. Hay que inventar la vida porque acaba siendo verdad.
Y hasta aquí la pamplina de agosto de 2025. Hasta que volvamos a encontrarnos, transfórmate y renuévate tanto como quieras, porque es una señal de que vives. ¡Nos leemos de nuevo en unas semanas!
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Esa planta crece como el mismo demonio, sí. Yo también la consideraba "mala yerba" por lo mismo, porque crecía y se comía a todo lo demás. Y la arrancabas y salían tres más al momento.
Después de leerte creo que así debemos ser. Debemos ser malas yerbas: resistentes, si nos arrancan volvemos a crecer, si las condiciones son malas que nos de igual. Así hasta que, como tú has hecho con esos brotes, consigamos el tiesto adecuado y podamos crecer sin problema, sin pelea.
Pero mientras, seamos así: fuertes como las malas yerbas y tiernos como los brotes.
Un abrazo!
El aranto está on fire y bien bonito me parece, pobrecito. No pensé que nadie pudiera considerarlo un hierbajo. Y sí, es una pena que las historias personales de Gaiman hayan salpicado al proyecto. Hay quien odia la adaptación pero, honestamente, era imposible gustar a todo el fandom, que es todavía muy grande. Personalmente la he disfrutado bastante, a pesar de todos los cambios sobre la obra original.