¿Hasta dónde me puedo doblar sin romperme?
¿Puedo aguantar un poco más? ¿Hasta fin de año, quizá?
¿Podría dejarlo ahora? ¿Debería hacerlo?
¿Cuántas veces te has hecho estas preguntas este año y cómo te has sentido con las respuestas?
Yo me las he hecho y me las hago muchas veces a la semana, y las respuestas tienen diferentes efectos en mí. Unas veces me dan fuerzas para seguir, otras agravan mis contracturas y rebajan mi nivel de energía hasta que queda por los suelos. Y ahora que puedo decir que, definitivamente, este año se me ha pasado en un suspiro, tengo más ganas que nunca de dejar de ser tan flexible para llegar a todo y hacer un borrón muy grande en mi rutina.
No recuerdo cuándo fue la última vez que me di permiso para sentarme tranquilamente sin pensar en nada ni nadie, unos minutos de silencio mental, sin fuegos que apagar, personas a la que atender o tareas de esas que llevan esperando a ser realizadas desde hace semanas soplándome en la nuca. Y esto no es vida. Por mucho que crea que necesito aprender, hacer, trabajar, ayudar… que sienta que estoy en los lugares en los que debo estar, que lo que hago es lo que necesito, esto no es vida.
Simplicidad y quererme un poco más. Poner el freno y hacer solo una cosa a la vez. Volver a convertir la escritura en algo placentero y alegre, en vez de un complicado proceso en el que no dejo de darme cabezazos contra la pared. Hacerle caso de una vez a este cuerpo mío, al que siempre pongo en último lugar, y tratarlo mejor. ¡Cómo me gustaría y qué utópico me parece ahora! Ahora que soy un bambú mecido por el viento y la corriente de esta rutina extraña, pero que anhela ser un roble al que solo despeine la brisa.
Como ya estamos acabando octubre, voy a empezar a pensar en mis propósitos para 2023: sentirme bien, quererme más, tener más paz. Dejarme de perfecciones y sueños estándar. Bajar a la tierra de nuevo, escribir para mí y las personas a las que les gusta leerme, no para los críticos, ni los editores, ni los lectores profesionales, ni nadie más. Disfrutar de algo precioso cada día, de mi hijo, mi marido, del lugar en el que duermo, de mi cuerpo, de mi familia y amigos, de mi vida, del planeta.
¿Hasta cuándo tendré vida? Ni idea.
Por eso me propongo dejar de ser un bambú.
Dejar de aguantar, de perdonar, de cancelar, de dejar para luego.
Dejar de desear hacer cosas cuando tenga más tiempo o dinero, de pasarme los días sentada en el estudio al lado de mi marido y casi no hablar con él, de robarle horas al sueño por sistema, de pasarme los fines de semana delante de la pantalla, de tener la casa hecha un estropicio porque no llego a más, de darme cuenta una mañana de que han pasado cinco días desde la última vez que hablé con mi abuela.
Lo dejo.
Mi fecha máxima es enero de 2023. Entonces pasaré de ser un bambú a un roble. Y espero que sigamos juntas en este bosque.
Inspiración
Libros a retortero
Hay que leer a Sampedro. Hay que leerlo si quieres encontrar la ternura hecha palabra y personajes tan humanos, tan con sus carencias y sus bondades, que irrumpen en tu alma de mil maneras diferentes. Hay que leerlo porque su prosa es un placer para los sentidos. Y porque era un ser humano precioso y que sabía de la importancia del cariño. Y porque cualquier cosa que te diga para intentar convencerte no le hace justicia. Solo, léelo.
La sonrisa etrusca, José Luis Sampedro.
La canción
No sé decirte cuántas veces he escuchado esta canción en las dos últimas semanas, porque la he tenido en bucle mientras trabajaba, mientras escribía, mientras fregaba los platos y hasta mientras me duchaba. Creo que es un equilibrio precioso entre nostalgia y alegría y aquí te la dejo para que tú también la disfrutes.
Dani Tejedor - Una canción que destrozar (Con el Kanka)
Transpiración
#ProyectoAbeja
Estos últimos meses la diseñadora volvió a comerse a la escritora, pero la escritora contraatacó este verano con fuerza. Hay una nueva historia que me quema en la punta de los dedos y que ya he empezado a escribir. De momento la llamo #ProyectoAbeja y seguramente me leas hablándote de ella en redes de tanto en tanto (aunque no deje de hablarte de Descalza entre raíces X’-D) Voy a ir retomando la escritura a mi paso, no tengo presiones de ningún tipo y esa libertad para mí es lo más importante. ¿Te animarás a leerla?
Lo nuevo en el canal de YouTube de Portadas que Cuentan
Después de muchos meses de tenerlo abandonado, hace unas semanas subí un nuevo vídeo. En este te enseño a montar la cubierta de tu libro, para subirla a Amazon KDP, en Canva. Y solo en 10 minutos. Pásate si crees que puede serte útil y, si resulta ser así, ponle un like o un comentario, anda. ¡Gracias! :-)
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Y aquí termina esta pamplina. Hasta que volvamos a leernos hazme el favor de ser muy muy feliz.
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Que bonito, que honesto!! Felicidades por esa gran decisión de dejar se ser Bambú. Un abrazo grande 🤗
Construimos nuestras alegrías de frágiles instantes. Puede que por eso me vea tan identificada con tu maravillosa pamplina.